Rayos UVA para un bronceado de revista… a costa de tu salud

¡Ya casi estamos en verano! Y como cada año, los termómetros nos anuncian el momento de hacer el cambio de armario. Reemplazamos los abrigos y las chaquetas por camisetas de tirantes, vestidos y minifaldas. Pero claro, el primer día que nos ponemos esta ropa, nos miramos al espejo y nos sentimos como La novia cadáver al ver el tono tan blanco de nuestra piel. Y en esta sociedad tan influenciada por las modas y la estética, hay quien no se atreve a salir así a la calle. La solución parece fácil: las cabinas de bronceado artificial. Pero, ¿nos podemos fiar de ellas?

El poder de la melanina

Seguro que has escuchado un millón de veces que esta obsesión por ponernos morenos como un tizón es algo reciente. Hasta hace unos años, tener la piel blanca era sinónimo de pertenecer a una clase social acomodada. Es lógico, a ver quién era el espabilado que conseguía evitar el bronceado tras una jornada bajo el sol arando la tierra o cuidando el ganado. Sin embargo, allá por 1923, Coco Chanel demostró que había otras formas de ponerse moreno, más cómodas que trabajar y totalmente coherentes con la filosofía de la aristocracia: pegarse unas buenas vacaciones en un yate. Muchas mujeres quisieron imitarla tostándose al sol, una moda que ha llegado hasta nuestros días.

Pero esto es FasCIENCIA-t, no la Vogue, así que vamos a hablar de biología. ¿Por qué nuestra piel se oscurece cuando nos exponemos al sol? El secreto está en unas células que se encuentran en el fondo de nuestra epidermis y en la base de los folículos pilosos: los melanocitos. Cuando tomamos el sol, la luz ultravioleta incide sobre estas células y les aporta el chute de energía que necesitan para ponerse a trabajar. Y su tarea es bien sencilla: producir un pigmento llamado melanina. La melanina es la responsable del tono de nuestra piel, así que cuanta más se fabrique, más nos bronceamos. Pero además, para magnificar el efecto, los melanocitos emiten unas prolongaciones a modo de estrella de mar, con el fin de llevar la melanina lo más lejos posible. Así, como si se tratara de una enredadera, consiguen colarse entre las células de la piel y extender su coloración a todos los rincones.

Pero si la melanina ya existía antes de que Coco Chanel volviera de sus “modestas” vacaciones, digo yo que tendrá alguna función más allá de la estética. ¿Os acordáis cuando hablamos de los tipos de radiación UV y de sus peligros potenciales para piel? En esta entrada ya explicamos cómo sólo los rayos UV-A y los UV-B logran atravesar la capa de ozono, y por lo tanto alcanzar nuestra piel. Así que, si no nos protegemos, esta radiación provocará daños en nuestra piel, desde leves quemaduras hasta cáncer.

La melanina es la barrera natural que nos protege de los daños provocados por los rayos solares. ¿Cómo? Este pigmento es capaz de absorber la radiación, de manera que ésta no llegue a producir alteraciones en el ADN o en el resto de estructuras de la célula. Si lo piensas, se trata de un mecanismo de defensa muy optimizado: cuanto mayor sea la exposición a la radiación, mayor será la producción de melanina; y cuanta más melanina tengamos, mayor será la cantidad de radiación que podremos neutralizar.

Los riesgos de la radiación natural… y artificial

Pero claro, la capacidad neutralizadora de la melanina tiene un límite. Por eso, tras una siesta inesperada en la playa, lo más probable es que la melanina se vea desbordada y acabemos despertándonos con la babilla colgando y con la piel como un cangrejo. Nuestra propia experiencia y las campañas publicitarias ya nos han dejado claro que es malo exponerse en exceso al sol y que, si lo hacemos, debe ser con la protección adecuada. Sin embargo, poco se ha dicho sobre las cabinas de bronceado, ¿no crees?

Las cabinas de bronceado emiten radiación ultravioleta para «despertar» a nuestros melanocitos y hacer que nos pongamos morenos en tiempo record. ¿Qué tipo de radiación emiten? Pues exactamente la misma que nos llega desde el sol después de pasar el filtro de la capa de ozono: radiación UV-A (mayoritariamente) y UV-B. Pero… ¡espera! Si la radiación que recibimos tanto del sol como de las cabinas es esencialmente la misma… ¿No será igual de dañina?

Según los últimos estudios, efectivamente, la radiación emitida por las lámparas de bronceado puede ser tan perjudicial como la exposición directa al sol. Ya en 2009, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que depende de la Organización Mundial de la Salud (OMS), catalogó a estas máquinas como “carcinógenos para los seres humanos”. Y es que el riesgo de desarrollar melanoma podría ser hasta un 75% superior en las personas que utilizan estas cabinas, especialmente si lo hacen antes de los 35 años. Ojo, que estamos hablando de riesgos. Es decir, una sesión de rayos UVA no produce inmediatamente melanoma, de la misma manera que respirar el humo del tabaco no hace que desarrolles un cáncer de pulmón inminente. Lo que está claro es que cuanta más radiación recibamos, sea natural o artificial, tendremos más papeletas para desarrollar cáncer que quien evite esta exposición.

Pero aunque el cáncer es lo que más nos asusta, las cabinas de bronceado pueden producir otros problemas. ¿No te parece que las personas muy expuestas al sol, como los navegantes o los montañeros, tienen la piel muy curtida? La radiación provoca un envejecimiento acelerado de la piel, con formación de arrugas y pérdida de la elasticidad. Así que incluso desde el punto de vista estético, los rayos UVA son un arma de doble filo a largo plazo. También se ha asociado con daños en la vista (especialmente cuando no se usa la protección adecuada) e incluso con problemas de inmunosupresión y bajada de defensas. Por todos estos motivos, las Asociaciones de Dermatología le han declarado la guerra a las cabinas de bronceado. Incluso, países como Francia ya pelean por prohibir su uso, mientras que en Australia o Brasil esta prohibición ya es una realidad.

Visto lo visto, tal vez sea el momento de cambiar las tendencias y presumir de un pálido pero saludable color de piel.


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