¿Es lo mismo tener un tumor que tener cáncer? ¿Cuál es el origen del cáncer? ¿Es una enfermedad de nuestra época? ¿Qué es la angiogénesis? ¿Qué es lo que provoca el cáncer? ¿El cáncer se hereda?… ¿No conoces la respuesta a todas estas preguntas? ¡Estás en el sitio perfecto!
El mes de febrero es muy importante en cuanto a visibilización del cáncer, destacando los días 4 de febrero, Día Mundial Contra el Cáncer, y el 15 de febrero, Día Internacional del Niño con Cáncer. Debido a ello, damos el pistoletazo de salida a una saga de entradas donde hablaremos de absolutamente todo lo relacionado con el cáncer… Si todavía no te has subscrito al blog, te recomiendo que lo hagas, para no perderte ninguna de nuestras entradas (¡Prometemos no enviar spam!).
Y cómo no, empezamos con una definición general (ya me vais conociendo ¡ehh!), el cáncer es el nombre común que se le da a un conjunto de enfermedades complejas basadas en una proliferación continua de células transformadas que acumulan importantes daños genéticos y epigenenéticos. Su nombre proviene del vocablo griego «Karkinin» qué significa cangrejo, y como os podéis imaginar, fue denominado así por la forma en la que un tumor invade los tejidos adyacentes mediante prolongaciones anormales que recuerdan a las patas de los cangrejos. Como he dicho antes, el término «cáncer» abarca un conjunto de enfermedades, ya que existen muchos tipos. Debido a su elevada incidencia algunos de los más importantes son:
- Carcinomas: Se originan en las células epiteliales, es decir, en las células que recubren las superficies del cuerpo, como la piel, los vasos sanguíneos, la superficie de los órganos…
- Sarcomas: Se originan a partir de células de los tejidos soporte del cuerpo, como son el hueso, cartílago, grasa, músculo y tejido conectivo.
- Linfomas: Son propios de los ganglios linfáticos
- Leucemias: Se originan a partir de las células inmaduras de la sangre presentes en la médula ósea.
¿El cáncer es una enfermedad de nuestro tiempo?
Por desgracia, el número de afectados por el cáncer es muy elevado, solo en España se estima que cada año se diagnostican 270.000 nuevos casos (dato de la Asociación Española Contra el Cáncer), siendo los más comunes el cáncer colorrectal, el de mama, el de próstata y el de pulmón. Esta elevada incidencia hace que se acuñen términos como «epidemia de cáncer», lo que nos llevan a pensar que es algo ligado a nuestra época, a nuestra forma de vida actual. Sin embargo, nada más lejos de la realidad ya que el cáncer es tan antiguo como lo son nuestras células.
Sí que podemos afirmar, que existen muchos factores ambientales propios de nuestro tiempo que aumentan los riesgos de desarrollar un cáncer, es decir, de que nuestras células se transformen. Algunos ejemplos son el tabaquismo, el consumo de alcohol, la contaminación ambiental, sustancias que ingerimos… Sin embargo, no podemos decir que antes no había cáncer, porque no es real. Para que os hagáis una idea, el caso más antiguo de cáncer que se conoce, específicamente de cáncer de mama, es de una momia de una mujer encontrada en la necrópolis de época faraónica de Qubbet el Hawa en Asuan (Egipto), que se estima del 2000 a. C. Obviamente, lo más probable es que esta pobre mujer no supiera que se había muerto de cáncer de mama. Esto mismo ocurre con millones y millones de casos a lo largo de la historia, de ahí que mucha gente piense que antes nadie se moría de cáncer.
¿Es lo mismo tener un tumor que tener cáncer?
Pues no, no es lo mismo. Cuando el médico nos habla de neoplasia, nos está hablando de la aparición de un tumor (esa palabra que como es normal, nos aterroriza). Pero también conocemos, dos palabras que le suelen acompañar, tumor benigno y tumor maligno. Un tumor, o una hiperplasia por sí misma, no es cáncer. Sólo quiere decir que las células se están dividiendo más de lo normal, pero aun mantiene los controles internos que regulan esta división celular. Estas células tienen una mayor probabilidad de transformarse y perder todos los controles internos (van adquiriendo malignidad). Pero incluso aunque las células hayan perdido los controles, cuando se encuentran in situ, es decir, se mantienen en el lugar de origen, aún no hablamos de cáncer. Solo cuando las células adquieren la capacidad para colonizar otros tejidos, es decir, para crear metástasis, podemos hablar de cáncer.
Fases del cáncer
Como hemos visto en el apartado anterior, el cáncer se produce cuando un tumor intrínseco consigue enviar células a colonizar otros tejidos por medio de la sangre. Hay que tener en cuenta que el cáncer es una enfermedad genética que sigue una distribución darwiniana, es decir, cada alteración genética va a conferir una ventaja al tumor (y por tanto, una desventaja para nosotros). Para que una célula sana pase a convertirse en una célula transformada capaz de producir un cáncer tiene que desarrollar alteraciones genéticas que le lleve a superar las siguientes 6 fases:
Fase 1. Crecimiento con independencia de señales de crecimiento:
De manera normal, las células se dividen cuando es necesario, y para ello reciben señales. Sin embargo, cuando las células comienzan a transformarse, su primera «rebeldía» es que comienzan a dividirse sin necesidad de recibir la orden que se lo marca, es decir, se vuelven independientes de las señales de crecimiento.
Fase 2. Crecimiento con independencia de señales de parada:
El segundo método de control del cuerpo es decirle a esas células que se están dividiendo sin que nadie se lo haya pedido que paren, tal cual haría una madre desesperada cuando ve que sus hijos ya se están pegando. Muchas de las células, son capaces de responder a estas señales de parada, y el problema termina aquí. Sin embargo, las células rebeldes siguen transformándose y adquieren la capacidad de hacer «oídos sordos» a estas señales, entrando por tanto en la fase 2 de transformación. Las células mantienen la división celular a pesar de que nuestro cuerpo le marque que no tienen que hacerlo, lo que provoca una proliferación continua de las células (formación de neoplasias).
Fase 3. Evasión de la apoptosis y la senescencia:
Puesto que ninguna de las llamadas de atención ha funcionado, en este punto el cuerpo ya desesperado, le marca a las células que tienen que para su actividad o morir, con el fin de eliminar de una manera rotunda aquello que no está funcionando bien. Las células que no están suficientemente transformadas entran en muerte celular. Sin embargo, las células rebeldes, cuya misión es resistir por encima de todo pierden la capacidad de responder ante estos estímulos, con lo que no mueren.
Fase 4. Adquisición de potencial de replicación ilimitado:
Como veremos en la próxima entrada, las células sanas diferenciadas, tienen una capacidad limitada en cuanto al número de divisiones que pueden llevar a cabo. Este control lo llevan a cabo unas secuencias cromosómicas llamadas telómeros que se acortan con cada ciclo de división celular, funcionando como reloj biológico. Cuando estos telómeros se acortan lo suficiente, la célula entra en senescencia, es decir, ya no puede dividirse más. ¿Qué ocurre en las células transformadas? Pues que en ellas se activa una enzima llamada telomerasa que va a restaurar los telómeros en cada ciclo, haciendo que así no se acorten, y por lo tanto, haciendo que las células adquieran la capacidad de dividirse de manera infinita.
Fase 5. Inducción y mantenimiento de la angiogénesis:
En esta fase las células transformadas que ya han adquirido la capacidad de dividirse de manera infinita se encargan de que le lleguen los nutrientes y la energía suficiente para seguir con su función de invadirlo todo. Para ello, en esta fase se favorece el aumento del flujo sanguíneo que alimenta el tumor utilizando vasos sanguíneos ya presentes y formando nuevos.

Fase 6. Metástasis:
Llegado a este punto en que las células se han hecho con el control de la zona, su siguiente paso es invadir otros tejidos utilizando como medio de transporte el torrente sanguíneo.
Si las células consiguen completar con éxito cada una de estas fases, se habrá desarrollado un cáncer. Sin embargo, esto que parece tan sencillo, no lo es para nada. Nuestro cuerpo va a poner muchísimos controles para evitar que esto ocurra… ¿Quieres saber cuáles son? ¡No te pierdas las próximas entradas de la saga!