Bienvenido Agosto… ¡Cárgame de radiación!

 

¡¡¡Bienvenido Agosto!!!

Siiiiii… Qué ganas tenemos de vacaciones ¿verdad? Durante el año nos pasamos el día imaginando el momento de poder estar con calorcito, relajados, en la playa tomando el sol… Pues de eso vamos a hablar hoy, del sol, y más específicamente de su radiación.

Llegan estas fechas y empezamos a escuchar los términos: factores de protección, radiación UV-B, UV-A, UVI, ¿pero realmente sabemos qué es la radiación solar y como reacciona nuestro cuerpo ante ella?

Como es un tema bastante amplio, voy a hacer dos entradas, una sobre la radiación en sí misma y lo que provoca, y otra, que publicaré más adelante, sobre cuáles son los diferentes métodos que tenemos para protegernos, así que ¡estad atentos! 😀

La radiación UV es un tipo de radiación electromagnética, que es una de muchas maneras que tiene la energía para viajar por el universo. Pertenecen también a este tipo de radiación las ondas de radio, la microondas con las que calentamos el desayuno o los rayos X con los que nos hacen las radiografías en el médico.

Espectro electromagnético. Representa la distribución energética del conjunto de las ondas electromágneticas. La longitud de la onda se mide en unidades de longitud, como los metros, aunque como tiene unidades muy pequeñas se suele utilizar los nanometros (nm), que es una unidad 1000000000 más pequeña que el metro.

 

Como podemos observar en la imagen, la luz UV se sitúa fuera del espectro visible, es decir, es una radiación invisible a nuestros ojos. Se encuentra en el intervalo de 100 a 400 nm. Dentro de este rango se divide en  3 tipos:

  • UV-A (315-400 nm): Es el tipo de radiación UV que  más llega a nosotros. Es la causante de cambios profundos en la piel.

  • UV-B (280-315): Es filtrada en parte por la capa de Ozono de la atmósfera, pero aún así, consigue penetrar un alto porcentaje y llegar a nosotros. Provoca las quemaduras y los cambios que inducen la formación de tumores.

  • UV-C (100-280). Es la más dañina de todas, tal es su magnitud, que en los laboratorios la utilizamos por su acción germicida, es decir, la ponemos en nuestros equipos para provocar una esterilidad,ya que es capaz de eliminar organismos vivos. Por suerte la capa de ozono consigue filtrarla por completo, y no nos llega (¡gracias ozono!).

Los principales efectos que tiene la radiación UV van desde provocar un eritema o un enrojecimiento en la piel, hasta provocar un cáncer en la piel tal una exposición crónica. El cáncer de piel epidermoide está claramente relacionado con la acumulación de radiación UV, sobre todo de la radiación tipo UV-B, ya sea porque daña directamente los genes o por la formación de lesiones que más tarde se transformaran en tumores.

Pero… espera un momento, ¿qué hay de lo de «Sal que te dé el sol, no hay nada mejor«? (Típica frase de abuela).

Pues efectivamente, nuestro cuerpo necesita la radiación UV para sintetizar vitamina D. La vitamina D es la encargada de utilizar el calcio y el fósforo para, entre otras cosas, tener unos huesos fuertes. Da igual que te hinches a leche enriquecida en calcio, si no tienes vitamina D no serás capaz de incorporarla en tus huesos. Para que os hagáis una idea del poder de la radiación solar, se estima que la exposición del cuerpo entero durante 15 minutos un día de verano al mediodía (obviamente un día despejado) equivale a unos 0.25 mg de vitamina D3.

Por eso lo más importante es encontrar un dosis óptima de exposición solar que garantice un efecto beneficioso sin llegar a incrementar el riesgo de daño en la piel. Esto que parece bastante fácil a priori, es bastante difícil de estimar, ya que depende de la sensibilidad de cada individuo y del tipo de piel que tenga. Pero eso ya lo intuíamos ¿verdad? Todos tenemos el típico amigo de piel blanca que 2 minutos después de llegar a la playa, ya se ha quemado, y por el contrario, el típico moreno que nunca se quema. Esto es debido a la presencia de un pigmento en la piel, la melanina, que nos protege de la radiación solar ya que es un potente antioxidante.

¿Que hay que tener en cuenta para saber cuanta radiación solar me está llegando?

Para ello se ha establecido el IUV, que es el «Índice de Radiación UV». Que es un indicador de la intensidad de radiación UV con acción eritemática, es decir, con acción para producir un enrojecimiento de la piel. Se calcula matemáticamente teniendo en cuenta diferentes factores físicos, como la altitud, la longitud, la hora del día…

Los valores del IUV o Indice UV se escalan del 1 al 11 siendo su equivalencia:

Tabla de categorías del IUV. Pertenece a la Guía Práctica del Indice UV Solar Mundial creada por los organismos: Organización Mundial de la Salud, Organización Meteorológica Mundial, Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y Comisión Internacional de Protección Contra la Radiación Ionizante.

Ahora mismo hay mucho sitios donde buscarlos, pero normalmente lo dan en las informaciones del tiempo en los telediarios, o en cualquier plataforma online donde podemos consultar el tiempo. Si vives en España, uno de los sitios más fiables para consultarlo es en la página oficial de la Agencia Española de Meteorología (AEMET). Este es un ejemplo de los valores en mi ciudad para esta semana:

Agencia Española de Meteorología (AEMET). Podemos ver que para estos días el valor de IUV máximo es de 9. ¡Mucha precaución!

En el próximo post analizaremos las precauciones que debemos tener para cada uno de los valores del IUV. ¡Nos os lo perdáis!

Continuará….:D:D

 

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